lunes, 3 de diciembre de 2007

El otoño belga te saluda

Belgica, o al menos Kapellen es como una mañana en la sierra peruana. Olor a madera quemándose no para cocinar o calentar el agua para los recién llegados, sino para dar calor a una casa con un gran jardín y dos autos estacionados afuera. El otoño te saluda a cada paso. Las hojas de los árboles todas amarillas caen sobre la cabeza, las ruedas de la bici aplastan una inmensidad de colores ocres y tierras, es una pena, que allí mueran. Hay de todos los tamaños: chicas, grandes, super grandes y de todas las formas estrelladas, puntiagudas, redondas, romboicas. Con Brenda hemos juntado algunas, para el recuerdo, de nuestro primer otoño. Con las semillas ha sido diferente, caen sobre la cabeza y sí duelen. A diferencia de otros árboles, los pinos son los únicos que no sueltan sus hojas, lo hacen diferente, hacen caer sus ramas y sus semillas, que terminan siendo pintadas para decoración.

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