sábado, 18 de octubre de 2008

Bélgica y Holanda veneran al Señor de los Milagros



Coincidencia divina. El 12 de octubre, día de la hispanidad, fue celebrada la misa dedicada al Señor de los Milagros en Amsterdam. No solo hubo peruanos, sino latinos venidos de diversas partes cercanas a esta metrópoli. Todos estaban unidos por una misma fe, por un mismo color, por una misma lengua: el castellano.







La Iglesia de San Nicolás, que data de 1884 y está ubicada en pleno centro de la ciudad de los canales, fue el centro de reunión. Este edificio de techos altos, con delicados vitrales, construída por el arquitecto Adrianus Bleijs, reunía a los hispanos hablantes fieles de una fe que no tiene fronteras.

En el altar el padre Theobaldo Beusink, fundador de la Casa Migrante, también celebraba una fecha especial, sus 50 años de labor sacerdotal. Este cura holandés, pero que habla muy bien el castellano, dio una lección de vida y conocimiento de la realidad de nuestros países, al hablar sobre los sucesos en Bolivia, Perú y la crisis financiera e incluso se animó a aconsejar a los gobernantes de esta zona del mundo para que construyan sus gobiernos de forma inteligente y realista.

Destaco también el humor con que vivimos los peruanos pese a la etapa de corrupción que ocurre en el gobierno. Contó que hace poco un peruano amigo suyo le contó porque el gobierno actual tiene como símbolo la paloma. Se asegura que esta ave está allí para recordar con su canto que la corrupción siempre está presente. Agregó que “en el Perú hay milagros y mucho más en este mes. Y debemos entender la palabra de Dios que en el fondo es un lenguaje de amor y humor”, dijo.

El padre, que por muchos es conocido solamente como Theo, hizo un llamado a la comunidad cristiana hispano hablante que puede contribuir a que el mundo sea mejor, porque aún es un continente puro. Pidió para que las economías no solo de nuestro país salgan adelante y enfatizó que “hablar la misma lengua no quita las diferencias, pero sí acorta las distancias”.

La misa fue organizada por la Hermandad de Amsterdam con el auspicio del Consulado del Perú, a cargo de la sra. Liliana Torres – Muga, que terminó con la procesión de la imagen del Cristo Morado. No faltaron los saludos a los miembros de la Hermandad, que existe en esta ciudad desde 1991, y que hoy está presidida por la profesora Ada Berrocal.

En Bélgica
En las afueras de Antwerpen, el puerto más grande de Bélgica, se ubica la Iglesia Sint Catherine, en la zona de Kiel. A diferencia de Holanda, esta iglesia es mucho más modesta, pero igualmente antigua y llena de historia. Allí entre las bancas de madera no solo se sentaron peruanos. Se podía identificar a ecuatorianos, bolivianos, centroamericanos, belgas, holandeses y americanos. Porque la fe no entiende de fronteras, ni razas y menos de idiomas. Así una vez más el Cristo Moreno hacía un milagro, en su undecimo año de estar por esas tierras lejanas.

Corazones morados colgaban de las columnas de la iglesia. Olor a sahumerio, hábitos color púrpura eran parte de este día especial. En el fondo se podía apreciar a los grupos de baile que se alistaban para brindar su homenaje, a la manera peruana: con zapateo, guitarra y música andina.
Luego de la misa, la imagen del Cristo Morado recorrió las calles de Kiel, invadiéndolas con los olores del sahumerio y precedida por las andas de San Martín de Porres y Santa Rosa de Lima.
A diferencia de Lima, en Bélgica y en Holanda no hubo olor de anticuchos, picarones, ni dulces típicos como los turrones de Doña Pepa, pero sí hubo mucha fe y peticiones. Y otra diferencia más: el anda de este Cristo querido y al que se le pide hasta lo imposible, es cargado sólo por mujeres.




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