martes, 26 de febrero de 2008

Ocho años que marcaron historia

Hace 8 años mi vida tomó otro rumbo. De ser la arriesgada reportera que subía montañas, quebradas, hacía rapel, viajaba en peque peques y no le importaba si dejaba la vida en cualquier esquina del hermoso y sorprendente territorio peruano, pasé a formar parte de una gran mayoría de personas, de mujeres mejor dicho, que buscan iniciar la gran empresa en sus vidas casarse y en un tiempo determinado planear los hijos. Atrás quedaron entonces mis queridos viajes a las comunidades, a esos pueblos a veces tan difíciles de llegar, a esos lugares donde los paisanos te dicen “aquisito no más” y resulta que atrás de la montaña hay otros cerros más para caminar. Pero con todo, el ánimo nos perseguía, a todos mis amigos con quienes compartí esos recorridos, y gozamos de los cielos estrellados, reconocimos constelaciones y vimos hasta estrellas fugaces. Ni hablar de las comidas serranas y costeñas de esas sopas deliciosas con orégano silvestre, o de los tés calientitos, que al final te marean mismo pisco, también de los desayunos con sopita, choclo y quesito.
Así Marco ingresó a mi vida y a la vida de todos mis amigos y amigas, parientes, vecinos, parientes extendidos, profesores, doctores y conocidos. Porque a él lo conocí un 16 de enero de 1998, cuando vine a La Haya (Den Haag) a estudiar.
Hoy, 26 de febrero del 2008, hace 8 años me casé. Ya perdí memoria de los detalles y de las angustias que trae consigo un matrimonio. Ahora lo recuerdo con nostalgia, porque si bien es cierto siendo Marco holandés algún día vendríamos a vivir a Holanda, y hoy la vida me ha deslumbrado con mi destino.
Gracias Marco por estos 2.920 días, por sus alegrías y tristezas, por la salud y los achaques, por las fiestas, los viajes, la familia, los amigos y conocidos. Gracias también por tu paciencia y tolerancia y por supuesto por ese gran sentimiento que es tu amor. Gracias también a los amigos que antes y hasta ahora nos acompañan en esta gran empresa de la vida!

No hay comentarios: