jueves, 8 de mayo de 2008

Colores primaverales



Amaneció con un poquito de calor y toda la naturaleza despertó. Es como descubrir un lado oculto del ambiente. Los tallos secos empiezan a crecer, las flores aparecen primero cerradas y luego abiertas y los campos donde antes sólo había verde, se tiñen de largas filas de colores: amarillos, rojos, morados, blancos y combinados.
Es la primavera y aunque no calienta como en Lima, alegra el día, estimula al alma. Podría decirse que te anima a seguir con la rutina de aprender una lengua con muchos retos por sus sonidos, sus combinaciones y su gramática. Y te levanta las ganas de salir para ver los cambios, oler los campos de flores y ver decenas de mariquitas en los jardines. Además de moscas, zancudos y otros bichos.
La primavera o también Voorjaar o Lente (en holandés) te lleva a pensar en los tulipanes, un tipo de planta simple, que ni siquiera es de Holanda sino de Irán, Afganistán y otras regiones de Asia Central y sur de Europa. Pero mencionar Holanda es relacionarlo de inmediato con esta planta y sus flores, que cuenta con 5,000 variedades y tienen los colores más increíbles que se puedan imaginar.


Según la historia los tulipanes se cultivaban en Turquía allá por el año 1000. Corría el siglo XVI y los tulipanes atraparon la curiosidad y entusiasmo del embajador austríaco en Turquía Ogier Ghislain de Busbecq, quien los vio adornando los turbantes de los turcos. Cuando regresó a Europa trajo bulvos a los Jardines Imperiales de Viena. Luego en 1593 Carolus Clusius, quien trabajaba allí dejó este lugar y ocupó el cargo de profesor de botánica en Leiden, Holanda. Por supuesto que llevó los bulbos de tulipanes y allí comenzó toda la historia del interés por estas plantas, que se convirtió realmente en toda una fiebre, llamada “tulipomanía”. En esta época el interés y entusiasmo por tener una planta fue tan grande que se vendió todo tipo de propiedad para comprar los bulbos. No faltaron los tipos raros de tulipanes que se vendieron por precios de locura, costaban hasta una granja, casas o varios caballos. La historia cuenta que en 1623 un solo bulbo de una variedad conocida costó 1000 florines y se comparaba que con ese dinero se podía comprar todo un ejército de animales para una granja.

Con esta historia queda demostrado que los holandeses son buenos para los negocios y fueron ellos quienes dieron al tulipán un destino diferente, ahora se le cultiva para producir flores y luego cortarlas y para que los bulbos se incrementen y una vez secos venderlos a todos los parques, jardines y casas en el mundo.

Si revisamos cifras del comercio internacional, la flor tiene un valor aproximado de 11,000 millones de euros, el principal país productor de bulbos de tulipán es Holanda, país que concentra el 87% del área mundial, que alcanza a unas 12,000 hectáreas.
Pero también 14 países han logrado aclimatar al tulipán allí está Japón, Francia y Polonia. La mayoría de estos países utiliza los bulbos obtenidos para su propia producción de flor cortada o para abastecer su mercado minorista de bulbos secos. Holanda, además de ser el principal productor internacional de bulbos, produce aproximadamente 4.000 millones de bulbos anualmente, de los cuales el 53% son destinados al mercado de flor cortada y el saldo se utiliza en el mercado de bulbos secos. De los bulbos destinados al mercado de flor cortada, Holanda utiliza el 57% para satisfacer su mercado interno y el resto lo exporta a varios países, dentro y fuera de la Union Europea.
Apreciar sus colores y formas es una rutina de todo visitante y habitante de Holanda, mucho más si vive en la zona del Bollenstreek , que comprende una serie de pueblos cercanos a la playa. En uno de ellos, Noordwijk, se realiza el corso de flores, un espectáculo maravilloso para los ojos, pero también lleno de ingenio.

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